Si tomamos una mala decisión podemos condenar nuestro destino a la soledad de los sepulcros. La paz de los cementerios no es otra cosa que la ausencia de vida…
Todo está en silencio porque la muerte a callado las palabras...
Todo está desierto porque la eternidad se llevó la presencia...
Todo está suspendido porque para aquellos que habitan en este lugar, el tiempo se ha terminado…
Nada puede haber, nada debe haber, pues allí yacen los que ya nada son, los que ya nada tienen; y aunque algunos los consideren algo, solo huesos son, que poco a poco con el paso del tiempo al polvo retornarán.
AUTORA: Leidy Parra
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