Nuestro ambiente se torna en la medida en que plasmes tu propio destino. Apropiarnos de nuestros pensamientos, levantarse y correr el riesgo de volver a caer, es tan solo la esencia que “la vida no es le número de veces en que respiras sino los momentos que te quitan el aliento”.
El pensar de nuestros abuelos alejados de la máscara del mundo superficial queda en el pasado, hoy nuestros jóvenes ligados a lo poco o a lo mucho que nos brinda la sociedad se están olvidado de su propia identidad y sus raíces; la solución no radica en buscar culpables sino el intentar y salir al encuentro de nuevas alternativas partiendo de una educación ética y moral, no dejando atrás aquellas ilusiones plasmadas por nuestros ancestros que también conforman nuestra personalidad.
Como todo ser humano el errar ubica nuestras ideas resaltando el pensamiento un filósofo “el hombre siempre es una pregunta abierta” nos invita al arriesgarse y ver en cada espacio algo nuevo y sorprendente por conocer.
AUTORA: Any Paece
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